Para variar, no estuve más que un momento al principio. Aunque os lo diré cuando recomencemos las clases, siento no haber estado, porque eso de que se acuerden de ti y no estar allí es muy poco presentable. Alguna de las alumnas de 2º de Bachillerato me dijo que me habían dado el premio al cálculo (casi todo son trucos y mucha práctica, que, de paso, previene el alzheimer), a la defensa de las unidades (¡y a mucha honra!) y a los 38 años de trabajo en el aula (y aunque son muchos, me lo sigo pasando bien en clase).
En resumen, MUCHAS GRACIAS: ya tengo sitio para la calculadora dorada que me regalasteis, y que como no está en estado operativo me va a permitir seguir calculando "de cabeza" (la foto la hice en el momento en mi casillero de la sala de profesores).
